La obesidad infantil en México representa una crisis de salud pública de proporciones alarmantes. En las últimas décadas, el país ha experimentado un aumento significativo en las tasas de sobrepeso y obesidad entre niños y adolescentes. Este fenómeno no solo afecta la salud física de los menores, sino que también tiene profundas implicaciones emocionales y sociales.
Las causas de esta problemática son multifactoriales. El consumo excesivo de alimentos ultra procesados, ricos en azúcares y grasas saturadas, junto con la disminución de la actividad física, son factores determinantes . Además, el entorno obesogénico en el que viven muchos niños, caracterizado por la fácil disponibilidad de comida chatarra y la falta de espacios seguros para el ejercicio, agrava la situación.
Los niños con sobrepeso tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares . Además, enfrentan desafíos emocionales, incluyendo baja autoestima, depresión y aislamiento social .
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